...este país está todavía en obra negra...
Entrevista a Cristóbal Peláez González
Por Santiago Orozco U.
Universidad de los Andes
Publicado en revistaviapublica.com
Cristóbal Peláez González es el fundador del teatro Matacandelas , creado en 1979. En sus 45 años de existencia, el colectivo ha producido más de 60 montajes, entre ellos los muy aclamados “O marinheiro”, de Fernando Pessoa; “La voz humana”, de Jean Cocteau; “Angelitos empantanados”, de Andrés Caicedo y “La casa grande”, de Álvaro Cepeda Samudio. La calidad de sus obras le ha valido el reconocimiento de los espectadores y los críticos en el ámbito nacional e internacional. Prueba de ello ha sido su participación en numerosos festivales en países como Portugal, España, Francia, Bélgica, Cuba y República Dominicana.
En esta entrevista, un hombre educado por los libros y las vivencias, discípulo de Baudelaire, Fernando González, Pessoa, Gonzalo Arango, Flaubert, entre muchos otros, da su opinión acerca de los más diversos temas.
SOU: Pasaron 200 años para que este país tuviera un presidente de izquierda, ¿usted cree que esta fue la última oportunidad?
CPG: En plan pesimista, sí. En plan optimista, ojalá no fuera eso. Nosotros sabemos que estos gobiernos de derecha y de extrema derecha son muy fuertes en el mundo y están más vigorosos hoy que nunca. Porque esto es una guerra entre los poseedores y los desposeídos, y los desposeídos son la mayoría. Entonces los poseedores cada vez tienen que tener políticas más eficaces para controlar las riquezas y el poder, y la población cada vez está más brava. Dicen que Colombia es un país muy violento. No. Colombia es un país, como alguien lo expresaba, muy rebelde. Es un país vibrante, emocionante, y parte de su desgracia es la riqueza. Las grandes riquezas son las que han provocado siempre las grandes violencias: el oro, el diamante, las esmeraldas, el petróleo, la tierra, los bananos. Todo el mundo quiere quedarse con un pedazo de este paraíso, que es una cosa sorprendente, hermosa, generosa, y nosotros somos muy malos inquilinos. Esto es una pelea cósmica, es una lucha de contrarios, para hablar en términos de filosofía y dialéctica. De los que quieren tenerlo todo y los que tienen que encabronarse y sacar la piedra. Desde ese punto de vista me da mucha pena manifestarle que soy un gran pesimista. Yo diría que muy bien informado.
SOU: Con lo que dice sobre el ascenso de grupos de ultraderecha, parece ser que esta es la tendencia política en el escenario mundial en los últimos años, caso Bolsonaro en Brasil, Meloni en Italia, Milei en Argentina, Bukele en El Salvador, Trump en Estados Unidos, el partido VOX en España, entre otros, ¿por qué cree usted que los ciudadanos, en especial los jóvenes, se sienten atraídos por estas ideas?
CPG: Engañados o cómplices. Unos por pura ingenuidad, por mal informados, por estúpidos. Y otros que lo hacen deliberadamente bien, son conscientes de eso y dicen a mí qué hijueputas me importa que haya desposeídos y que haya gente pobre pudriéndose sin vivienda, con hambre, sin empleo, viviendo en medio de la incertidumbre y el miedo. Pero la incertidumbre y el miedo también tienen sus límites y hay momentos en que la gente se decide a pararse y defender lo suyo y lo de todos, o lo de una mayoría, y entonces de ahí viene el enfrentamiento. Este enfrentamiento siempre existirá y eventualmente tendremos pequeñas victorias. Pero el triunfo de Petro no debemos concebirlo como una gran victoria, sino que es una batallita que se ganó y que ha resultado muy frágil, porque todo lo que se ha propuesto hacer este gobierno no lo están dejando hacerlo. La mitad del tiempo se emplea en defenderse.

Foto: Daniel Molina
SOU: Pero parece que se defiende también de los funcionarios de su gobierno. En los últimos días Petro, cuya una de sus principales banderas en campaña fue la lucha contra la corrupción, ha dicho sentirse traicionado por muchos de ellos e incluso por miembros de su propia familia, ¿usted cree que la izquierda sí estaba preparada para manejar el Estado?
CPG: No, la izquierda nunca ha tenido la posibilidad de experimentar con el manejo administrativo de un país, entonces no tiene experiencia. Cuando se coloca ahí no sabe qué hacer porque lo que ha tenido siempre es una posición crítica, un activismo muy de opinión, pero nunca en el ejercicio administrativo. Para eso se necesita también sabiduría y experticia, entonces hay muchos errores. ¿Usted qué gana siendo un tipo de izquierda manejando un país si todos los funcionarios que tienen la experiencia son de derecha? Eso es lo que le ha pasado a Petro en muchos aspectos. Tiene que traer tipos que ya están viciados. Este país, que está reconocido administrativamente como uno de los más corruptos del mundo, tiene la corrupción en su ADN, está incorporada a lo orgánico. Borges tiene por ahí un frasecita que me parece encantadora y utópica que dice: “Un día los políticos descubrieron que la política no era rentable, entonces se dedicaron a oficios honestos. Algunos se dedicaron a ser histriones y otros a curanderos”. La aspiración política es una aspiración a robar. Que lleguen unos funcionarios de izquierda a decir “hay que ser honestos, hay que respetar la riqueza de los otros”, suena raro y es una tarea imposible porque todo está dado para robar. Hacen la ley y al mismo tiempo la trampa. A esta edad siento un poquito de desesperanza. ¿Por qué el ser humano no avanza? Nosotros ahora tenemos cosas tan maravillosas como el internet, que es una locura. Yo me asombro de ver los cambios. Tengo 71 años y a veces me gusta mucho hacer una retrospectiva, no de nostalgia porque soy cero nostálgico, y me digo qué maravilla de tiempo me ha tocado vivir. Estamos a un click de todo, en posesión de una gran enciclopedia universal de los saberes.
SOU: Estamos de acuerdo. Por ejemplo, una persona en la Edad Media nacía y moría en las mismas condiciones políticas y económicas de su sociedad, sin que hubiera mayor variación de las cosas. En la era actual, cada año es revolucionario. Una persona que nazca hoy vivirá en un mundo completamente diferente dentro de diez años.
CPG: Claro. Me situo cuando era estudiante de educación religiosa en una comunidad lasallista y yo veo ese colegio ahora y la imagen que tengo es de un rebaño de ovejas. No había disenso de nada. O usted era liberal o era conservador, que era lo mismo, como lo estableció García Márquez: “¿cuál es la diferencia entre liberales y conservadores? Que los liberales van a misa de cinco y los conservadores a misa de siete”. Y me acuerdo de esos brotes en los que felizmente me pude meter, que eran los malos del colegio, los cuales terminaban expulsados o retirándose. Eran muchachos que empezaban a mirar afuera y decían “ay hijueputa, hay un tipo que se llama Sigmund Freud”, y los pillaban y les decían “eso está prohibido, el conocimiento viene de la biblia, este es el árbol de la sabiduría, entonces no prueben de ahí, no investiguen, en la biblia ya está eso”.

Foto: Daniel Molina
SOU: Con respecto a la frase de García Márquez, en la época de la Violencia, donde los campesinos se mataban a ultranza por defender las ideas conservadores o liberales, en Bogotá los dirigentes de ambos partidos iban a los mismos clubes, almorzaban juntos, vivían en los mismos barrios, metían a los hijos en los mismos colegios y pertenecían a la misma clase social....
CPG: Alguien dijo por ahí que la guerra fue un invento de unos señores feos, viejos y barrigones para que en ella se mataran los muchachos bonitos. ¿Cuándo ha puesto esta gente los muertos? Los muertos siempre los pone el pueblo, llámese soldados. ¿La pelea contra la guerrilla en qué ha afectado a la burguesía? En nada, le ha ayudado mucho. ¿Quiénes morían ahí? Los soldaditos, los campesinos, los muchachos obreros, el pueblo matándose uniformado. Los otros de smoking, desde El Nogal, con guantes, le tienen alergia a la sangre. Ellos comen el cordero pero no quieren verlo degollar. En esa época de la que estábamos hablando de los años sesenta, setenta, Colombia empezaba a ver un brote de izquierda muy interesante, de combate en la calle, de paros, etc., al mismo tiempo de represión. El hecho de que Colombia tenga tantos muertos en esta época de violencia, más que en las dictaduras del Cono Sur y de Centro América, no indica que seamos más asesinos que ellos, sino que el pacto está difícil. Hay gente muy rebelde que no se calla, empezando porque Colombia es un país de cinco o seis países. Hablando antropológicamente, la diferencia entre un caribeño y un pastuso es abismal, son dos mundos diferentes, cada uno aportando una cultura a una misma nación. Los caribeños, los santandereanos, los chocoanos, los negros, los indígenas, son la muestra de los continentes aquí. Esto es asombroso. A mí me alegra mucho haber nacido en este país, ser de este país, no por un asunto patriotero, filisteo, sino porque usted va a otros países y ve una homologación de la población, no existe esta pluralidad.
SOU: ¿Colombia puede representar, en menor medida, el sueño de Bolívar de la Gran Colombia, que era la unión de América y sus culturas?
CPG: Yo creo que eso hubiera sido algo muy importante, pero bueno, este país está todavía en obra negra. Lo que a uno le asombra es cómo el ser humano ha sido tan inteligente, tan astuto, tan efectivo para lo que tiene que ver con la tecnología, la producción, pero tan atrasado en términos de convivencia. Hay una frase que te va a gustar de mi gran maestro Estanislao Zuleta, que decía: “ahora nos matamos como antes, nos reprimimos, nos azotamos, tenemos relaciones complejas, violentas, salvajes, bárbaras, como en el siglo XV, pero la ventaja que tenemos ahora es que tenemos cosas como el psicoanálisis, la antropología, el marxismo, las ciencias del lenguaje, entonces podemos decir que esta es una época de una esperanza duplicada”. Yo creo que el siglo XIX fue un siglo absolutamente revolucionario, sobre todo en Europa. Aquí todo eso siempre ha llegado porque nosotros somos el solar de los gringos, una colonia. Esto es una colonia. Todavía no vemos por dónde lograr una independencia. ¿Cuándo será Colombia libre e independiente? Cualquier decisión político-administrativa primero tiene que cursar la autorización del Pentágono. Entonces uno sabe que este es un gobierno de marionetas, todos lo sabemos y todos lo aceptamos. ¿Esto será para toda la vida y toda la eternidad?

Foto: Daniel Molina
SOU: Me hizo acordar del planteamiento de Simón Rodríguez, el maestro de Bolívar, que decía que cuando América se liberó de España todavía no se había independizado del todo, porque lo que necesitaba primero, antes de la creación de sus instituciones, era que sus ciudadanos se formaran como republicanos. De otra forma la independencia nunca iba a ser completa.
CPG: Sí, claro. Es lo que hablaba del gobierno de la izquierda. Alguna vez le dijeron a Chávez que él quería armar una revolución bolivariana y no había bolivarianos. El pobre Petro dice que quiere armar un ministerio de desarrollo y tal cosa, y tiene que traer a un viejo que ha sido toda la vida de derechas, o a un man tibio, porque él no puede decir “este man de izquierdas que es técnico, que es un ingeniero, un administrador”, porque no los hay. La izquierda se ha desgastado en la pedagogía, en la lucha, y no tiene experiencia administrativa, entonces es muy difícil. Esto ha desatado además una ofensiva de la ultraderecha del capitalismo, aterrorizados, y lo que mejor funciona es el comité de calumnias. Y él que es un guerrero, guapo, valeroso, que se enfrenta contra todo eso, como Juan sin miedo.
SOU: Vuelvo a hacer énfasis en la pregunta que le hice antes sobre el apoyo de los jóvenes a las propuestas políticas conservadoras. Tradición, Familia y Propiedad son principios que históricamente han defendido los grupos de derecha, donde la participación de la gente mayor era lo común; los jóvenes, en cambio, habían defendido principios más progresistas y liberales, ¿por qué ahora los jóvenes se identifican con la frase Tradición, Familia y Propiedad para manifestarse políticamente?...
CPG: Hay que pensar en qué jóvenes. Uno sabe que son muchos jóvenes universitarios, que de por sí la palabra “universitarios” no es sinónimo de rebelde, o reflexivo, o un tipo con ideas avanzadas. La mayoría de los periodistas de estos medios que llaman “prepago” es gente que ha pasado por universidades, posgrados, ha tenido oportunidades de viajar, pero persisten en esas ideas porque es la imagen que ellos tienen. Lo asombroso, y tiene razón en ese punto, es que la derecha tiene también su campo de acción con la juventud porque sabe que de resto la tiene perdida. Han hecho una campaña de proselitismo en un campo que para ellos es adorado: las universidades privadas de alto pago. Pero vaya a las universidad públicas, ahí no sucede eso porque son gente de abajo. Lo que es cierto es que a nivel mundial hay una reactivación de la derecha y han perdido un poco el pudor. Ya hay partes donde exhiben incluso la cruz gamada. Bertol Brecht, hablando sobre el nazimo, expresaba que “la puta que lo parió ahora está en celo”. ¿Dónde se está practicando eso? En Israel, que en este momento es un laboratorio de recuperación del nazismo. No recuperan los símbolos porque ellos fueron víctimas directas de eso, pero recuperan su modo de operar. Lo había dicho Carrero Blanco, el fascista español que llegó a ser jefe de Estado al lado de Franco: “Si tenemos que armar un holocausto nucelar para detener el avance del comunismo, lo hacemos”. El fascismo, que es el mismo capitalismo sobreexcitado de histeria, nació a partir de unas cosas aparentemente muy democráticas.

Foto: Daniel Molina
SOU: Dentro de esa crisis moral y ética que sufre este mundo, ¿qué papel tienen las expresiones culturales y artísticas como el teatro?
CPG: La primera de las necesidades humanas es expresarse y para eso el ser humano inventó el lenguaje. Y lo hizo para tratar de transmitir emociones, sentimientos. Primero fue la emoción y después nació la expresión. El lenguaje obedece a esa necesidad. El teatro involucra la transfiguración, que es la transformación del aspecto para un fin determinado. Nosotros somos los que nos revisamos, nos reconceptualizamos. El ser humano necesita representarse. Digámoslo en los términos más simples, porque lo simple es muy profundo (“lo profundo reside en la superficie”, decía un filósofo): el teatro no solamente es necesario, es inevitable también. Yo reactualizo, recuento y represento para revisar la vida, la existencia. El teatro, al igual que otras expresiones, también es un ritual, una forma de jugar, de moldear la realidad, de traerla a mi favor y distribuirla con los demás. El ser humano es una criatura muy extraña porque necesita estar repensandose todo el tiempo y yo creo que el teatro lo hace maravillosamente bien.
SOU: De ahí nace también la belleza. Los animales pueden ser belleza pero no la crean, en cambio el ser humano puede crearla.
CPG: Sí, claro. El ser humano la fabrica, porque el arte es un artificio. Alguien decía: “a mí me gusta el sonido de los pájaros pero lo que me molesta es que ninguno ha pasado por un conservatorio”. Ellos lo hacen per se. Hay una frase del marxismo que es muy importante: “si la realidad pudiera contemplarse en toda su complejidad a simple vista sobrarían el arte y la ciencia”. Entonces, ¿cuál es la función del arte y la ciencia? Modificar la naturaleza, mejorarla y adecuarla para el uso de los seres humanos.

Foto: Daniel Molina
SOU: Siguiendo con el tema de la cultura, hace poco el presidente de la República dijo que el Ministerio del Deporte “no servía para nada”, lo mismo podrían pensar muchos de la cultura, usted que lleva 45 años haciendo cultura por medio del teatro, ¿cree que el Ministerio de Cultura ha servido para algo?...
CPG: Sí, claro, ufff. Un gran compositor, cuyo nombre no recuerdo ahora, decía en una conferencia que en Nueva York se ofrecían 500 opciones para ir a ver un concierto, una obra de teatro, una exposición. Le preguntaron si todo eso había mejorado en algo la seguridad y la convivencia de la ciudad, y él respondió: “piense usted cómo estaría la ciudad si no existieran esas 500 opciones”. Pero no es para mantener a las personas entretenidas. ¿Entretenerlas de qué? Me parece mucho mejor que sea para la diversidad, o sea para divertirse. Divertirse es ser diverso. La cultura, que suele asociarse con los grandes salones y la erudición, está ligada a una palabra muy sencilla, que es el cómo. Lo que uno ha leído sobre la Bogotá de 1950 es que era una aldea. Colombia no había podido ingresar al siglo XX, era todavía un pueblo, Bogotá era como un páramo triste. Y llegaron León de Greiff, los nadaístas, todos esos hijueputas en los cafetines de mala muerte, sin un peso, fumadores, bebedores, a veces escandalizadores, Santiago García con su grupo de teatro ensayando en un local destartalado, y fueron ellos los que le dieron la modernidad aplazada a Bogotá, desde los cafés. Marta Traba lo llamaba “la revolución aplazada”
SOU: Me hizo acordar de algo que aparece en la biografía de Estanislao Zuleta “La rebelión de un burgués”: “Los cafés fueron, son y serán el centro de la vida intelectual en nuestros pueblos y ciudades. Así como las bolsas son sitios de convergencia para el mundo de los negocios, los cafés han sido siempre mundos de atracción, de imanación de afinidades”.
CPG: El café para los poetas representaba lo que fue el ágora para los griegos, el espacio del encuentro, la confrontación de ideas, de pensamientos. Esa cultura nos viene mucho de España y de Francia, en donde la gente se botaba a los cafés, poca vida doméstica, poca vida cotidiana, gente que se alimentaba mal a punta de pasteles y cerveza, que no llevaban esa vida monótona, domestica, gente que decía que el domesticismo era la muerte, el infierno, esa vida de estar casado, cumplir con obligaciones. Esa gente era el desorden, toda esa vaina que era la otredad y que la iglesia perseguía. ¿Por qué? Por una razón muy sencilla: porque un bohemio no es productivo para el capitalismo. ¿Cuál es la frase del capitalismo? El día se hizo para trabajar y la noche para descansar. Pero la noche es un valor romántico. La revolución romántica en el siglo XIX fue: contra el día nosotros oponemos la noche, contra los valores del dinero nosotros oponemos la amistad y la solidaridad, contra el aburrimiento y lo cotidiano nosotros oponemos el desorden, la poesía, la música, la calle. Eso fue toda una revolución del pensamiento. ¿De qué vive el capitalista? De la fuerza del trabajo, del tipo que exprime al trabajador, un trabajador que pasa dos horas dando codazos en un bus para llegar a su puesto de trabajo, ocho horas que no puede moverse de allí, que no puede salir a tomar una copa, que no puede ir a fumar un cigarrillo, vigilado constantemente, “ojo con el uso del celular”, “tiene exactamente 20 minutos para almorzar”, y sale a las seis de la tarde vuelto mierda, agotado, otras dos horas peleando en el transmilenio, a punto de ser atracado, a punto de ser violado, para llegar vuelto mierda a la casa. ¿Va a hacer arte? ¿Va a reflexionar? No puede, es un hombre extinguido, muerto.

Foto: Daniel Molina
SOU: Lo que decía Bukowski: “La esclavitud nuna fue abolida, solo se extendió para incluir todos los colores”.
CPG: Porque se dieron cuenta que así era más efectivo. Javeria Londoño, a ese propósito, fue una mujer que en su época se atrevió a romper con todo. Hay una expresión que me encanta de los nadaístas cuando un burgués dijo que ellos eran un montón de rebeldes, entonces respondieron: “la sociedad somos nosotros, los rebeldes son ustedes”. Eso fue un grito. Como decían ellos en un manifiesto frente a lo que estaba sucediendo en el país: “protestamos con piedras en la boca”. Fue una revolución de palabras y de ejemplos que trató de aturdir a este país, “¡despierten agüevados!”.
SOU: Decía Gonzalo Arango que los nadaístas no eran católicos por respeto a ellos mismos, porque en Colombia lo eran Rojas Pinilla, Laureano Gómez, Mariano Ospina, Alberto Lleras, sus padres, las prostitutas, los senadores, los curas, los militares, los capitalistas, TODOS, menos los nadaístas.
CPG: (Se ríe) Sí, sí, sí, qué belleza, eso era una maravilla. Adelantados.

Foto: Daniel Molina
SOU: A propósito de los católicos, en épocas recientes los grupos religiosos de todo tipo tuvieron y tienen participación activa en la política con representación en los distintos cuerpos colegiados, ahora es la moda y el auge de los influenciadores, ¿qué opina del papel de los influenciadores en la política?
CPG: Lamentable. Es una marranada de una sociedad tonta. Particularmente, me parece una idiotez que no consumo. Es un montón de gente con facilidad de verbo contando güevonadas, estupideces. Alguien decía por ahí: “Hombre, sí, es una estupidez, pero, ¿no es peor que estén matando y robando?” Ahora que hablabas de la iglesia católica, por supuesto que la iglesia teme mucho eso. El marxismo tiene una frase muy buena sobre la iglesia: “La iglesia permite que usted se meta contra sus 38 artículos de fé; lo que no permite es que se meta con el artículo 39, que es el de los ingresos”. El problema es que la iglesia ha producido en todos nosotros, aún en la gente revolucionaria, daños colaterales, o sea daños en el cerebro. Yo he estado tratando toda mi vida de desprenderme de todo eso. Y esos daños se ven incluso más visibles en la gente que ha logrado zafarse de la afiliación a la religión, pero crea sucedáneos. Porque parece que el hombre necesita siempre la droga para poder vivir, estar drogado con sustancias o con creencias. Lo peor que le puede ocurrir a uno es que le colonicen el cerebro, entonces yo les digo a los poderes establecidos: ustedes manejan las reglas del mercado, ustedes son la autoridad, ustedes manejan todo, pero mi cerebro no lo van a manejar, ese es territorio libre del cuerpo, y esa es la victoria de uno. Yo miro a un tipo como ese periodista Vélez: le dieron la mejor universidad, pero esa platica se perdió. A veces me preguntan en entrevistas si tengo hijos. Noooo. De repente me sale un hijueputa, un cabrón reaccionario de mierda, no no no. Un polvo es incontrolable. ¡Qué miedo! El filósofo Cioran decía: “cometer todos los crímenes menos uno: ser padres”. Un espermatozoide es un bandido en estado puro.
SOU: Por último, en Colombia el valor de la vida es insignificante, se mata por un celular, por una bicicleta, por cuidar un bosque, por defender un río, por cosas tan banales como el rayón de un carro, esto no se ve en ningún otro país del mundo, ¿cuál cree usted que es el futuro de una sociedad como la nuestra?...
CPG: El futuro es corregir, no es más. Los logros no se dan en breves períodos de tiempo. Colombia tiene que establecer un programa de gobierno, administrativo, de reorganización social. Yo creo que Petro ha logrado algo muy interesante: ha puesto a Colombia a discutir. Es una discusión política, antes era “callese, aquí hacemos lo que nos dé la puta gana”. Siguen haciendo lo que les dé la puta gana. Este no es un problema de personas, es un problema de clanes, de castas. Este es un país corrupto desde abajo, desde los pobres mismos. Eso que hicieron Mockus, Fajardo y Alonzo Salazar en Medellín fue muy interesante: cambio de chip. El cambio de chip ocurría con cosas tan sencillas como la creación de parques-bibliotecas, que son centros de encuentro para los niños, con libros, computadores, películas, obras de teatro, foros, seminarios, talleres, la ludoteca. El punto reina de todos esos programas fue que donde era la cárcel La Ladera se hizo un parque-biblioteca. A esa cárcel iba Alberto Aguirre a sacar a los nadaístas cada tanto. La inauguración del parque fue con lectura de los nadaístas, en un evento que se llamó “Los nadaístas vuelven a La Ladera”. El nombre solo de La Ladera estaba vinculado a cosas atroces. Era un campo de concentración. Decir que los nadaístas volvieron a La Ladera representó el cambio de chip, es un replanteamiento, es de alguna manera pedirles perdón porque fueron una juventud atacada, calumniada, golpeada, encarcelada. Era una autoconfesión de crueldad. En el Matacandelas hay un pendón con una frase de Gonzalo Arango sobre la cual ha habido mucha discusión: “No deje que el gobierno lo haga todo, acuérdese que usted es el presidente de Colombia en la calle”. ¿Qué hay ahí? Un trazado ético, un trazado de cultura.